Suponen todo un reto tanto para principiantes como avanzados, ya que requieren flexibilidad, fuerza en abdomen, brazos y piernas, y, por supuesto, equilibrio y concentración.
El estado mental es imprescindible para mantener las posturas de equilibrio, por lo que suelen realizarse al principio de la clase para que nuestro cuerpo y nuestra mente estén relajados y sin fatiga.
Los momentos de estrés, inestabilidad emocional, enfado o cualquier inquietud pueden desestabilizarnos.
“El yoga nos permite volver al centro del que nos hemos alejado para alinear el organismo, serenar la mente y encontrar la paz interior.”
El equilibrio físico que trabajamos con determinadas posiciones de yoga nos hará experimentar dicho equilibrio también en nuestro interior.
Algunas pautas imprescindibles para trabajar el equilibrio en yoga son:
- Mantener una base firme: debes localizar tu centro de gravedad y enraizarte a la Tierra desde los pies.
- Llevar la mirada o drishti hacia un punto concreto.
- Compensar la postura trabajando el balance del cuerpo.
- Fuerza en el core: activa tu abdomen ya que el núcleo es lo que sujeta al resto del cuerpo.
- Relax: cuerpo activo pero relajado, sin tensionar hombros ni cuello.
- Respiración consciente en todo momento.
- Concentración y atención en la postura.
- Dejar fluir los pensamientos y no te detenerse en ideas innecesarias para este momento del aquí y el ahora. La lista de la compra puede esperar.
- No tengas miedo a caer y utiliza una pared si necesitas apoyarte al principio.
Puedes empezar a trabajar con posturas de pie para mejorar el equilibrio progresivamente, y cuando tengas más experiencia y fuerza, incluye también asanas de equilibrio de brazos y manos y finalmente todas las posturas de yoga.
POSTURAS DE YOGA PARA GANAR EQUILIBRIO
1. VRKSASANA O POSTURA DEL ÁRBOL
- Colócate en tadasana, con los pies juntos y los brazos a lo largo del cuerpo.
- Lleva tu mirada hacia un punto fijo y, con control, sube a pierna derecha hasta colocarla en la ingle izquierda o el gemelo izquierdo (nunca en la rodilla), apoyando la planta del pie por completo.
- Junta las manos a la altura del corazón o sube los brazos por encima de la cabeza hasta estirarlos por completo y juntar las palmas.
- Quédate 10 respiraciones y cambia de lado.
Leer más sobre: vrksasana.
2. UTTHITA HASTA PADANGUSTASANA O POSTURA DEL CANGURO EXTENDIDO
- En tadasana, coloca tu mano izquierda en la cintura.
- Sube la pierna derecha hacia el frente lo más estirada que puedas, inhala y agarra el dedo pulgar del pie.
- Exhala mientras bajas tu tronco hacia la pierna y vuelve a erguirte inhalando, sin soltar la pierna.
- Con control, abre la cadera y gira la pierna hacia la derecha. Si puedes, lleva la mirada hacia tu hombro izquierdo.
- Lleva la pierna derecha al frente inhalando, y al exhalar vuelve a plegarte hacia ella.
- Repite varias veces la secuencia y cambia de lado.
- Si es muy intensa, en vez de estirar la pierna y coger el dedo gordo, flexiónala y agarra la pierna por debajo de la rodilla.
3. NATARAJASANA O POSTURA DEL BAILARÍN
- Desde tadasana, eleva una pierna por detrás llevando el talón hacia el glúteo y el peso hacia la pierna apoyada.
- Eleva los brazos por encima de la cabeza y, si puedes, coge el pie con una o ambas manos.
- Alarga y crece hacia arriba mientras mantienes la mirada en un punto fijo.
- Quédate 5 respiraciones, sal de la postura con control y cambia de lado.
- Si no llegas al pie puedes ayudarte con un cinturón, colocándolo en el empeine para tirar de él.
Leer más sobre: natarajasana.
4. GARUDASANA O POSTURA DEL ÁGUILA
- Desde tadasana, flexiona y eleva la rodilla derecha y cruza esta pierna por encima de la izquierda.
- Puedes quedarte en ese primer cruce o engancha el pie derecho en la pantarrilla izquierda.
- Estira los brazos hacia delante, y haz con ellos el cruce contrario. Es decir, lleva el brazo izquierdo por encima del derecho y dobla los codos.
- Eleva los antebrazos e intenta que las palmas de las manos queden enfrentadas entre sí.
- Si te sientes estable, puedes inclinar tu cuerpo ligeramente hacia delante.
- Mantén 10 respiraciones, deshaz la postura y cambia de lado.
5. KAKASANA O POSTURA DEL CUERVO
Esta postura implica equilibrio en las manos, ya que es un balance de brazos. Existen dos similares: kakasana o bakasana.
- Desde malasana, en cuclillas, apoya las manos firmes y bien abiertas al ancho de hombros, con los codos flexionados.
- Eleva la cadera poco a poco y encaja las rodillas en las axilas (bakasana) o llévalas por encima y por fuera de los codos (kakasana).
- Lleva el cuerpo y la mirada hacia delante para conseguir el balance.
- Prueba a levantar un pie del suelo, acercándolo al glúteo. Si te sientes estable levanta el otro e intenta juntar los dedos gordos de los pies entre sí.
- Con la espalda estirada, mantén varias respiraciones y vuelve a malasana para salir de la postura.
Leer más sobre: kakasana o bakasana.
POSTURAS DE EQUILIBRIO: BENEFICIOS
Pueden generar frustración, sobre todo al principio, pero merece la pena intentarlo una y otra vez ya que:
- Fortalecen el sistema nervioso, que es el que controla todos los sistemas del cuerpo, y lo mantienen sano y fuerte.
- Mejoran la concentración, la atención y el equilibrio a través de la conexión del cuerpo con la mente.
- Tonifican huesos y músculos del cuerpo, sobre todo de pies, piernas, brazos y core.
- Fortalecen la columna vertebral.
- Estabilizan el equilibrio emocional y aportan seguridad interior.
- Equilibra la circulación sanguínea.
- Aumentan la flexibilidad.
- Regulan el funcionamiento de los órganos, así como evitar el estreñimiento.
- Enseñan a estar presentes en el aquí y el ahora y, así, nos conocemos a nosotros mismos.
CLASE DE YOGA: POSTURAS DE EQUILIBRIO PARA PRINCIPIANTES
El trabajo de estabilidad se transporta a otros aspectos internos, como mente, emociones o acciones, y todo encuentra su equilibrio.