Un estilo de yoga suave y terapéutico. Te explicaré en qué consiste, cómo son las clases de yoga restaurativo, posturas y claves para hacerlas bien y relajarte
Estamos en la cultura del “cuanto más hagas mejor” y del “nunca es suficiente”, y en la que saber parar y escuchar a tu cuerpo no es una de nuestras prioridades. Es por ello que quiero explicarte en este post en qué consiste este yoga, ya que hoy en día, el yoga restaurativo es una de las prácticas más necesarias para relajarse física (esfuerzos, trabajo…) y mentalmente (pensamientos, estrés…).
Es un tipo de yoga que proviene del método Iyengar o yoga iyengar (B.K.S. Iyengar fue su creador) basado en el hatha yoga; aunque fue la alumna de Iyengar, Judith Lasater, la que lo popularizó.
Vivir es querer sin descanso o restaurar cotidianamente la propia voluntad – Henri Amiel.
El yoga restaurativo se basa en el uso de diferentes apoyos o soportes para poder llegar a las posturas más fácilmentey relajarte.
Es apto para todos, sea cual sea su nivel de experiencia o edad, pues las posturas se adaptan en función de cada condición física. Y, como cada persona y cuerpo es distinto, es preciso usar soportes distintos.
Qué es el yoga restaurativo
El yoga restaurativo es un tipo de yoga pasivo y terapéutico, es decir, no busca estirar o activar el cuerpo, sino poder calmar la mente y el cuerpo. Si has leído el post sobre yin yoga que he publicado anteriormente, quizás te surjan las siguientes dudas:
¿Ambos tipos no son lo mismo? ¿Cómo saber cuál es mejor? ¿Necesitas ambos o solo uno de ellos? ¿Cuál es realmente la diferencia entre el yoga restaurativo y el yin yoga? A continuación, te doy respuesta a estas preguntas.
Dentro de la práctica de yoga, el yin yoga y yoga restaurativo son prácticas de ritmo lento para aliviar el estrés y relajar el cuerpo; aunque realmente son muy diferentes:
Diferencias entre yoga restaurativo y yin yoga
El yin yoga activa el cambio de los músculos de tu cuerpo a través de los tejidos conectivos. Se basa en estirar y aplicar un estrés suave a ciertos tejidos. Practicarlo regularmente te ayudará a “engrasar” las articulaciones, relajar el cuerpo y complementar tus prácticas más activas (hatha, vinyasa o ashtanga).
Por otro lado, el yoga restaurativo se enfoca en restaurar el cuerpo apoyándolo y permitiéndole así relajarse y curarse de la mejor forma posible.
Lucia Liencres
THE CLASS YOGA
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El yoga restaurativo digamos que es compatible con un cuerpo que necesita curarse, mientras que el yin yoga produce cambios en un cuerpo ya saludable para mejorar su rendimiento.
Apoyos
En ambas prácticas se utilizan soportes o accesorios; sin embargo, con objetivos bastante distintos: en yin yoga ayudan a alinear mejor el cuerpo, profundizar en la postura o evitar profundizar mucho en el estiramiento.
En yoga restaurativo los soportes se usan para reposar completamente el cuerpo. Normalmente, es posible que en este tipo de yoga uses muchos más apoyos que con yin yoga. Estos pueden ser cinturones, mantas, bloques, bólsters, cojines…
Posturas
Las posturas se suelen mantener de 3 a 5 minutos, aproximadamente; a veces incluso 8 minutos si tu nivel es más avanzado. En clases de yoga restaurativo, estas se suelen mantener de 5 a 10 minutos.
Objetivo
Como te he adelantado más arriba, en la práctica de yin yoga se estira activamente, mientras que en yoga restaurativo el objetivo es dejarse llevar por un estiramiento pasivo, sin actividad.
Lo que sí está claro es que ambos son el equilibrio perfecto para tu día a día y un buen complemento de las prácticas más dinámicas, como es yang yoga.
Son dos tipos de yoga que te ayudan a conectar y a sentir. En vez de activarte y energizarte mediante vinyasas de posturas, acompasando respiración y movimiento, ambos te ayudan a ser consciente. Al instante, notas las sensaciones que te producen y la energía que genera.
En qué consiste
Es una técnica muy distinta a los tipos de yoga convencionales: el objetivo es reducir la velocidad y abrir el cuerpo y la mente a través del estiramiento pasivo.
En una sesión se hacen pocas posturas (5 o 6) manteniéndolas durante un espacio de tiempo de entre 5 y 15 minutos. Durante este tiempo, los músculos se van relajando profundamente. Si lo has probado, habrás comprobado que se produce una sensación completamente diferente a las de otras clases de yoga.
Se puede decir que hay 2 estilos de yoga restaurativo:
- Activo: se basa en movimientos suaves controlando la respiración, casi como si fuera una meditación.
- Pasivo: basado en posturas sin movimiento, fijas y estables; es decir, que todo el tiempo permaneces en el suelo. Hace uso de apoyos como bloques, cinturones, cojines, etc. para poder mantener la asana y un buen alineamiento del cuerpo.
En el yoga restaurativo se busca coordinar el cuerpo con la mente mediante el movimiento consciente del mismo. Con ello se consigue relajarse y ralentizar la respiración, lo cual provoca que el flujo de pensamientos disminuya también.
Como he comentado al principio, es apto para todos, sobre todo para aquellas personas que sufren algún dolor físico o psicológico (ansiedad, depresión…), aunque es igualmente recomendable para personas que simplemente quieran relajarse y descansar.
¿Qué puedo esperar de las clases de yoga restaurativo?
Tiene como objetivo final relajarse tanto física como mental, aunque con esto no quiero decir que no tenga sus dificultades: mantener tanto tiempo las posturas puede llegar a ser inquietante (al igual que en el yin yoga). Cuanto más quieto estás, más más consciente eres de tus pensamientos, lo cual, sobre todo al principio, puede generar cierta incomodidad en la práctica.
Las clases son sesiones tranquilas y relajadas, donde se pone música muy relajante. Se comienza con una pequeña meditación guiada por el profesor y continúa con movimientos suaves para ir poco a poco calentando el cuerpo.
Después, el profesor te irá guiando en cada una de las posturas haciendo los ajustes necesarios. Con la práctica, podrás ir explorando otros ejercicios o posturas para adaptarlo tú mismo a tu estilo.
Yoga restaurativo. Posturas
Dentro de la variedad de posturas que caracterizan una clase de yoga restaurativo, destacan:
Postura del niño o balasana
- Colócate a cuatro apoyos y abre las piernas al ancho de tus caderas.
- Haz que los pulgares del pie se toquen y siéntate sobre tus talones manteniendo la espalda erguida e intentando alargar todo lo posible.
- Desde ahí, exhalando lleva la cabeza hacia delante hasta que la frente toque el suelo, apoyando las rodillas en el pecho y dejando los brazos atrás con las palmas hacia arriba, a la altura de los pies.
- Mantente aquí un par de minutos o 3.
- Sal de la postura despacio para evitar marearte.
Postura de la pinza o paschimottanasana
- Siéntate en el mat estirando las piernas y manteniendo los pies activos (es decir, en flex), apuntando con los dedos al techo.
- Juntando las piernas, inhala y, al exhalar desde esta posición, lentamente ve bajando el cuerpo hasta que toques con el abdomen las piernas.
Dependiendo de lo flexible que seas, será más fácil llegar a paschimottanasana. Puedes utilizar una silla, colocándola delante de ti y apoyando la frente sobre el asiento para llegar mejor a la postura; si te resulta incómodo, puedes poner una toalla en el asiento, o bien un cojín.
- Una vez aquí, mantén la postura varios minutos.
- Para salir de la postura, poco a poco y vértebra por vértebra, deshaz la postura y sube despacio hasta la posición inicial.
Savasana
Savasana es una de las posturas básicas de las clases de yoga restaurativo:
- Tumbado sobre el mat boca arriba, estira las extremidades y mantenlos ligeramente abiertos.
- Quédate en esta postura algunos minutos.
La finalidad de estas posturas es calmar la tensión, relajarse, disminuir los dolores y descansar. Pero siendo siempre consciente de la postura y de los cambios que se producen con la misma.
Beneficios del yoga restaurativo
Al contrario de lo que suele pasar con otros estilos de yoga o posturas, los beneficios que aporta el yoga restaurativo se perciben desde la primera práctica.
El gran beneficio del yoga restaurativo es la relajación profunda. Con ella, el cuerpo se va relajando por niveles, ayudándonos de soportes para no forzar en ningún momento y llegar así al tejido más profundo, aliviando la tensión acumulada.
Aunque hay diferentes estilos de yoga, si lo que buscas es desconectar y relajarte, este es la opción ideal. Una buena forma de unirte a este tipo de práctica también puede ser nuestro programa de yin yoga.
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